Que el mundo del deporte ha evolucionado mucho en los últimos tiempos es tan cierto como que los deportistas de élite, independientemente de la modalidad que practiquen, llevan cada vez más al límite su cuerpo. Esta obviedad tiene una consecuencia muy clara: sufren más lesiones.
Pero del mismo modo que el deporte ha avanzado, el tratamiento de las lesiones, no. El 80% de las lesiones deportivas siguen afectando hoy día a los tejidos blandos, o lo que es lo mismo, a músculos, tendones y ligamentos. La curación de algunas de ellas, sobre todo las que afectan a los tendones, se considera uno de los mayores problemas de la medicina deportiva ya que las tendinopatías son muy reacias a los tratamientos convencionales, tanto médicos como de fisioterapia. De hecho, este tipo de lesiones han provocado que muchos deportistas se hayan visto obligados a retirarse y poner fin a su carrera.
En este contexto surgió la técnica EPI®. La técnica EPI® consiste en aplicar un flujo eléctrico directo al foco de la lesión mediante un dispositivo y aguja específica. Con ello, se consigue una serie de modificaciones moleculares y celulares que optimizan de forma significativa los mecanismos de regeneración de ese tejido, acortando así los plazos de recuperación. Esta técnica, que es mínimamente invasiva, se realiza en consulta siempre bajo control ecográfico y no requiere anestesia. La duración de la intervención no suele sobrepasar los 15 minutos, aunque depende de la estructura, tamaño y dimensión de la lesión.
FUENTE de la noticia, Seguir leyendo